Capitulo 14 Sexualidad Sagrada, Placer Consciente

Capitulo 14 Sexualidad Sagrada, Placer Consciente

Octubre 2023
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Cristina, mi amiga espiritual, la reina de los cristales y la gurú de los chakras, venía a Los Ángeles unos días y me invitó a un taller de tantra y meditación. Al principio, me reí un poco. "¿Tantra yo? ¡Ni loca!" pensé. Siempre he asociado el tantra con cosas raras, con gente vestida de blanco haciendo posiciones imposibles de yoga, (es que una cosa eran mis clases de yoga y otra distinta era esta vaina que de alguna manera que no entendía trataba de sexo) con gurús barbudos hablando de energía sexual cósmica. No es que tenga prejuicios, pero no me veía a mí misma en ese ambiente. Pero Cristina insistió, diciéndome que el tantra no era lo que yo pensaba, que era una práctica milenaria que ayudaba a conectar con la energía vital, a despertar la sensualidad, a disfrutar del sexo de una forma más consciente y profunda.

Y bueno, después de semanas de celibato forzado (gracias a la distancia que me separa de Alejandro), y con la curiosidad picándome como un mosquito en una noche de verano, decidí darle una oportunidad. Total, ¿qué podía perder? El taller se llevó a cabo en un estudio de yoga en Venice Beach, con vista al mar y una decoración zen que me hizo sentir relajada al instante. La instructora, una mujer llamada Gaia (sí, lo sé, un nombre muy "espiritual"), era radiante y tenía una energía que llenaba la habitación.

Empezamos con una meditación guiada, que me ayudó a conectar con mi respiración, con mi cuerpo, con mi energía femenina. Gaia nos habló de la importancia de honrar nuestro cuerpo como un templo sagrado, de liberar los bloqueos y las creencias limitantes que nos impiden disfrutar del placer, de conectar con nuestra sexualidad desde un lugar de amor y aceptación.

Luego, hicimos algunos ejercicios de respiración y movimiento, que me ayudaron a despertar mi energía vital y a sentirme más conectada con mi cuerpo. Me sorprendió descubrir la cantidad de energía que estaba bloqueada en mi interior, y lo bien que me sentía al liberarla. La parte más interesante del taller fue cuando Gaia nos habló del tantra. Explicó que el tantra no se trata solo de sexo, sino de una filosofía de vida que busca la integración del cuerpo, la mente, y el espíritu. Que el sexo es una forma de energía sagrada, que puede ser utilizada para conectar con nuestra propia divinidad, para sanar nuestras heridas, para experimentar la unidad con el universo.

Me pareció fascinante, aunque un poco abrumador. No estaba segura de entenderlo todo, pero sentí una curiosidad que me empujaba a seguir explorando. Gaia nos enseñó algunas técnicas tántricas básicas, como la respiración consciente, la mirada sostenida, y el masaje sensual. Y nos animó a practicarlas con nuestra pareja, o incluso con nosotras mismas.

Al final del taller, me sentía como si hubiera despertado de un largo sueño. Mi cuerpo se sentía vivo, mi mente expandida, y mi espíritu conectado con algo más grande que yo misma. Y aunque no estaba segura de estar lista para convertirme en una maestra tántrica, sí tenía ganas de explorar mi sexualidad desde una nueva perspectiva, con más consciencia, con más respeto, con más placer.

Hace un rato, mientras me duchaba, recordé las enseñanzas de Gaia. Cerré los ojos, respiré hondo, y me concentré en las sensaciones de mi cuerpo. El agua caliente recorriendo mi piel, el aroma del jabón, el tacto de mis manos. Y poco a poco, fui sintiendo una ola de calor que se extendía por todo mi cuerpo, una energía que me hacía vibrar, un deseo que me llenaba de vida. Y en ese momento, me permití fantasear con Alejandro. Imaginé sus manos recorriendo mi cuerpo, sus besos apasionados, su mirada intensa. Y sentí una explosión de placer que me hizo gemir en voz alta.

Me di cuenta de que la sexualidad no era algo sucio, ni vergonzoso, ni prohibido. Era una energía poderosa, creativa, sanadora. Y merecía disfrutarla plenamente, con consciencia, con respeto, con amor. Y aunque Alejandro estaba lejos, sabía que la distancia no podía impedir que nos conectáramos a nivel energético. Cerré los ojos, me concentré en su imagen, y le envié una oleada de amor y de deseo.

Y antes de ir a dormir, con una sonrisa en los labios y el cuerpo vibrante de energía, supe que la sexualidad sagrada no era un mito, sino una realidad que estaba a mi alcance. Y que a partir de ahora, iba a explorarla con la misma pasión y la misma curiosidad con la que exploraba el mundo, la vida, y a mí misma.

Hoy me desperté con una energía renovada y una sensación de paz interior que hacía tiempo no experimentaba. El taller de tantra me había dejado una huella profunda, abriéndome a una nueva dimensión de mi sexualidad y de mi propia feminidad.

Decidí empezar el día con una meditación. Me senté en el balcón de mi apartamento, cerré los ojos, y me concentré en mi respiración. Poco a poco, fui sintiendo cómo mi mente se calmaba, cómo las preocupaciones se desvanecían, y cómo una sensación de paz y serenidad se apoderaba de mí. Visualicé una luz blanca que entraba por mi coronilla, llenándome de energía pura y vital. Sentí cómo esa luz recorría todo mi cuerpo, limpiando los bloqueos, sanando las heridas, despertando la sensualidad. Y de nuevo, me permití fantasear con Alejandro. Esta vez, no solo imaginé el contacto físico, sino también la conexión emocional, espiritual, energética. Sentí como si estuviéramos unidos por un hilo invisible, como si pudiéramos sentir la energía del otro a pesar de la distancia.

En ese momento, entendí que la sexualidad sagrada no se limita al acto físico, sino que es una energía que fluye en todo nuestro ser, que nos conecta con los demás, con el universo, con la fuente de la vida.

Decidí integrar las enseñanzas del tantra a mi vida diaria. Empecé a practicar la respiración consciente en todo momento, no solo durante la meditación o el sexo. También comencé a prestar más atención a las sensaciones de mi cuerpo, a disfrutar de los placeres simples de la vida, como el sabor de una buena comida, la caricia del sol en mi piel, el aroma de las flores. Y poco a poco, fui sintiendo cómo mi sensualidad se despertaba, cómo mi energía vital se incrementaba, cómo mi conexión con mi propia feminidad se fortalecía. Ya no veía el sexo como algo tabú, ni vergonzoso, ni solo para complacer al otro. Lo veía como una celebración de la vida, como una expresión de amor, como una danza sagrada entre dos almas que se conectan a todos los niveles.

Octubre, 2023.
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Y aunque Alejandro seguía entre Miami y Nueva York, nuestra relación se intensificó a pesar de la distancia. Hablamos por teléfono todos los días, nos enviamos mensajes de texto, nos compartimos fotos y videos. Y en cada conversación, en cada mensaje, en cada imagen, sentía la conexión entre nosotros, la chispa que nos unía, el deseo que nos quemaba por dentro.

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Hoy, nos dedicamos un tiempo para practicar las técnicas tántricas que había aprendido en el taller. Cerramos los ojos, respiramos juntos, visualizamos la energía del otro, y nos enviamos amor y deseo a través de la distancia. Y fue increíble cómo podíamos sentir la energía del otro, como si estuviéramos en la misma habitación.

Esto nos ayudó a fortalecer nuestra conexión, a profundizar nuestra intimidad, a crear un vínculo que iba más allá del contacto físico. Y me di cuenta de que la distancia no era un obstáculo para el amor, sino una oportunidad para explorar nuevas formas de conectar, de amar, de disfrutar.

Y mientras esperaba la visita de Alejandro, me dediqué a disfrutar de mi nueva vida en Los Ángeles. Salía a bailar salsa con unas chicas de la oficina super simpáticas, iba a conciertos, exploraba nuevos restaurantes, me dedicaba tiempo para escribir y pintar. Y sobre todo, me dedicaba tiempo para mí misma, para conectar con mi cuerpo, con mi mente, con mi espíritu. Me sentía más viva que nunca, más segura de mí misma, más conectada con mi esencia. Y sabía que, cuando Alejandro viniera, nuestra relación sería aún más fuerte, más apasionada, más apoteósicamente fantástica.

Para ti
⦿ Reflexiona sobre tu relación con tu sexualidad y cómo te sientes al respecto.
⦿ Identifica los bloqueos o miedos que te impiden disfrutar plenamente de tu sexualidad.
⦿ Practica la meditación y la conexión con tu cuerpo.
⦿ Explora tu sexualidad de una manera consciente y respetuosa.
Recursos

«Libro: «Tantra: El camino del éxtasis» de Osho

 

Por acá te comparto este video del resumen del libro.  ↓

 

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“Las relaciones saludables se construyen sobre una base de apoyo mutuo y respeto.”

© Soy Maryce. 


 

Aprende sobre el Sexo Estoico en la Mujer: Una Perspectiva de Equilibrio y Moderación, Fortaleza y Serenidad en el Día a Día.   Botón EnlaceVer artículo aquí
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